COMPAÑERA
Compañera, hoy he visto
que en tus ojos hay gaviotas que sueñan,
llamaradas que huyen del hielo,
estrellas de ojos mansos
que derraman limosnas de luz
en el abismo roto de mis venas.
Y te diré que a todas horas siento
cómo tus manos amueblan mi piel
caricia a caricia,
ternura a ternura,
segundo a segundo,
que a todas horas siento
el cálido roce de tus dedos,
cruzando suavemente mis fronteras,
cómo si cada poro de mi cuerpo
fuera un universo abierto al infinito rumor
de tus latidos,
de tus abrazos,
de tus sentidos.
Hoy, compañera, como cada noche
de un tiempo a esta parte,
celebro haberte conocido,
saber que a veces eres
lluvia para ahogar mis penas,
tierra para sembrar mis besos,
trueno para apagar silencios.
Hoy, compañera, amante, amiga en la tristeza,
por encima de todo quiero decirte
que cada día que pasa
el cielo me parece aún más alto,
que no hay techo más allá de las estrellas,
y que algunas veces, cuando sueño, vuelo,
si tus alas de cometa se despliegan a la par
de la loca fantasía de mis velas.
© Fernando Luis Pérez Poza