POEMA PARA UN CLÁSICO
Mientras por componer con mis palabras
versos sin metro, me condenan otros,
repruebo yo su veleidoso encono
que no los hace dignos de mis nanas.
Mientras otros navegan por las aguas
en la nao de la rima y sus demonios,
respiro la plenitud del otoño
y todo aquello que me da la gana.
Huye noche, censura, lodo, sombra,
no quiero el desdén que tiene el marfil
negro de tus misteriosos aromas.
Borra tu rostro la luz del candil
mientras suena la fértil caracola
que te arrastra indefinida hasta el fin.
©Fernando Luis Pérez Poza