POEMA PARA UNA ADOLESCENTE
Aquí, anclado en medio del océano,
inmóvil, detenido, sin hélices para cruzar
al otro lado del destino, percibo
el acompasado vals de tus latidos
golpeando las puertas de mi pecho,
acariciando la aldaba de mi alma,
desmontando el andamio de mis penas.
Como la estrella polar de las noches árticas
permanezco, al pairo, en este cielo
lleno de cristales rotos, de rígidos
hielos solitarios, acampado en la tristeza
de una noche trasnochada y sin ocaso.
Eres la primera luz de un alba inmerecida,
el puente mágico que podría conducirme
hasta el olvido, la sonrisa adolescente
de un verso a punto de estrenar la primavera.
Eres brisa en el balcón abierto de mis venas,
nieve blanda en el último eslabón de su deshielo,
tierra fértil inundada de promesas
que anticipa en sus palabras la cosecha.
Eres un velero blanco a punto de zarpar
del muelle, una gaviota libre, princesa
del azul, que sueña alcanzar el horizonte
sin saber que la vida tiene mucho de quimera.
Aquí, en este frío acantilado sin faro,
a punto de salvar la última rompiente,
te pido, por favor, que sigas adelante
y no te dejes arrastrar por la corriente.
©Fernando Luis Pérez Poza