SIRENA
Soñada por las aguas, perseguida
por los sueños y sombras transparentes,
como un fuego del Olimpo es tu esencia
de diosa que navega entre los peces:
al escuchar tus cantos el hombre
era atrapado por las aguas,
y en la estrella más cercana su nombre
anclado se quedaba para siempre.
Te derrotaba el aire en los pulmones.
Eras de remolinos construida
y se asomaban siglos a tus ojos.
De los espesos reinos de Neptuno
las algas y las perlas extraías.
En tu piel las escamas relucían
a través de la espuma y de las olas,
remontando las húmedas veredas
que en sus ásperas crestas se formaban.
¡OH, sirena de tul, trémula espina!
¡Si en tus brazos de diosa el sol quisiera
al fin de los tiempos darme acogida!
©Fernando Luis Pérez Poza