LA SANGRE NO CESA...
La sangre no cesa de manar,
es un torrente rápido y profundo,
carnívoro y voraz,
que arrasa todo lo que encuentra a su paso,
crece
minuto a minuto, segundo a segundo,
hasta inundar el corazón,
hasta anegar la tierra,
y duele,
duele como un martirio,
dentro, sin voz,
como el cuchillo invisible
que tortura para siempre al asesino
en su interior.
Jamás estuvo tan desnudo
el silencio.
Jamás la cal de unos huesos
sintió tanto dolor.
Jamás un círculo de abismos tan negros
ciñó la cúpula del mundo.
Veo tanques que galopan sin tregua,
granadas de odio que estallan las venas,
bombas lapa suicidas y desesperadas
que explotan el aire y revientan las calles,
pero aquí nadie hace nada.
Y todos dejamos que el niño
se disfrace de soldado y apunte
en el cuaderno de la escuela
que matar es su deber
para el hoy, para el mañana.
Jamás el fuego ardió tan frío
y el hielo congeló tanto el calor
del impasible corazón humano.
Rueda por la pendiente del destino
todo el cieno desbordado del alma,
se esparce la semilla venenosa del odio
por todo el orbe
y un loco anuncia
pócimas nucleares contra el terrorismo
y Dios y Alá
se tapan los ojos con una venda
para no ver la que han armado.
Se va el mundo al carajo
pero aquí nadie hace nada
salvo esconder la cabeza
como un avestruz cagado.
©Fernando Luis Pérez Poza