LOS SECRETOS DEL POETA
Decir mucho con muy poco, el secreto
del poeta al alcance de la mano,
una idea, una palabra, un recuerdo
que expresado te vuelve más humano.
La apremiante vocación del que escribe,
el espacio poblado de fantasmas,
el detalle, la ficción, los marfiles
de la luz navegando en la palabra.
El verso, molde rítmico que plasma
el latir, el sentir, el susurrar
del alma de las musas, la mirada
en llamas de un corazón de cristal.
Son el ritmo, la medida, la pausa
las viejas herramientas que utiliza
el tañido febril de la campana
para hacer de la lengua poesía.
Es el metro el sistema licencioso
que desgrana las sílabas de un verso,
y deshace en su ritmo el alboroto
al igual que unas manos de alfarero.
Si se unen las vocales: sinalefa;
la diéresis que rompe los diptongos;
la sinéresis que hila la secuencia
de dos vocales libres en un coro.
Son palabras llanas las que se cuentan
normalmente; una sumas si es aguda;
o restas si es esdrújula y se encuentra
al final de los versos su locura.
¡Ah, dulces, maravillosas licencias,
que forjáis de las letras el engaño
y llenáis los cuadernos del poeta
con secretos de un loco abecedario.
© Fernando Luis Pérez Poza