EL TIEMPO
El tiempo salió de un universo secreto,
de una grieta mágica, profunda,
de un misterio,
de la oscuridad y el vacío.
Abrió las puertas de la vida.
Abrió las puertas de la muerte
y sembró en la tierra
el color y la semilla de las cosas,
la palabra dulce de la rosa,
el verde mensaje de la hierba.
El pincel amarillo de los días
abrió al sol la primavera,
pobló el aire de sonidos,
borró del alma las penas.
Por el árbol invisible de los sueños
trepó el amor,
la nostalgia de una gota de rocío
que estremece el tuétano del hombre.
En la hoguera del reloj
se quemaron las horas,
y el tiempo ensayó de nuevo
metástasis de vacío
en la humedad de la tumba.
©Fernando Luis Pérez Poza